La imprenta fue uno de los inventos más importantes de la historia por provocar un cambio cultural e intelectual que propició la evolución de la mentalidad estancada de la Edad Media hacia el desarrollo de la Edad Moderna.
Desde que se inventó la imprenta los libros han evolucionado en su forma desde los códices manuscritos hasta el libro tal y como lo conocemos hoy en día, modificando diversos elementos y manteniendo otros.
Dentro de los elementos característicos de los libros impresos antiguos hoy vamos a saber más sobre las signaturas de registro.
En las imprentas se realizaban las impresiones de varias páginas en una misma hoja, por delante y por detrás, que posteriormente se plegaban y se convertían en cuadernillos. Estos cuadernillos se cosían junto a otros para formar el libro.
Las signaturas de registro fueron el sistema más antiguo para mantener en orden los cuadernos y evitar errores a la hora de coserlos para encuadernarlos. De hecho, este elemento ya se utilizaba en los códices manuscritos. Este sistema es más antiguo aún que el uso de “reclamos”, de los que hablaremos otro día.
En un principio solo consistía en escribir un número en el verso del último folio de cada cuadernillo, pero con el transcurrir del tiempo este número se insertó también en el recto del primer folio de cada cuadernillo.
Sin embargo, esto no aseguraba el orden de los bifolios que constituían cada cuadernillo, por lo que surgió la llamada signatura a registro, es decir, la designación de cada cuadernillo con una letra y cada uno de los bifolios con un número.
Por ejemplo, cuando se imprimían cuadernos constituidos por cuatro bifolios (lo que arrojaba un total de ocho folios) se añadía en el recto de cada bifolio la signatura de registro correspondiente: aj, aij, aiij, aiiij en el primer cuaderno; bj, bij, biij, biiij en el segundo y así sucesivamente (el número del primero podía omitirse ya que estaba la letra; y la letra podía omitirse en los bifolios restantes del cuadernillo). En la colección del Fondo Antiguo de la Biblioteca de la Universidad de Murcia tenemos numerosos libros con signatura de registro y podemos ver fácilmente ejemplos entre los libros que ya tenemos digitalizados en la Biblioteca Digital Floridablanca. Te mostramos uno en el “Lexicón” de Antonio de Nebrija [Antonii nebrissensis gramatici iuris ciuilis lexicón, de 1506] primera edición del texto de obligada referencia en la historia del léxico jurídico, que conservamos en la Biblioteca y que se puede consultar en la Biblioteca Digital Floridablanca.
Puedes hojear este precioso postincunable e intentar localizar todas las signaturas de registro que incluye y así adivinar por cuantos cuadernillos estaba formado…
Este sistema se mantuvo en las imprentas hasta el último cuarto del siglo XX. Por ejemplo, la editorial Gredos marcaba cada uno de los pliegos (cuadernos) que constituían un libro con una signatura que consistía en el título abreviado del libro y el número del cuadernillo.
