"Alice le tomó delicadamente la barbilla y le volvió la cabeza. Mattia no vio sino un bulto que se le acercaba. Cerró los ojos y en los labios sintió sus labios calientes, y en las mejillas sus lágrimas, que quizás no eran suyas, y en la cabeza sus manos ligeras, sujetándosela y conteniendo los pensamientos, confinándolos en el espacio que ya no existía entre ellos" - La soledad de los números primos. Paolo Giordano.
Biblioteca General: 82-31 GIO sol
Biblioteca Nebrija: 8LIt.Gio-1 -- sol
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